Hace un año llegábamos a Barajas cargados de maletas en las que nos solo iba ropa. Conseguimos no sobrepasar el peso porque la ilusión, los nervios, la incertidumbre y las ganas de ver a Loc no tenían peso en la báscula porque sino hubieramos tenido que pagar una fortuna a la compañía aérea.
Lo más significativo del viaje fueron las especulaciones que tenían por objeto dar forma al encuentro con nuestras hijas. Algo que, cuando ocurrió, nos dimos cuenta de que era imposible de imaginar pero...la imaginación había volado más alto y más lejos que aquel avión.
Una vez más, la optimista era yo que soñaba así..."Cuando lleguemos a Hanoi nos dirán que por la tarde iremos a conocer a nuestras hijas y que mañana será la entrega"...poco me equivoqué. ¡Qué suerte!
Os iremos dejando recuerdos y alguna foto de estos preciosos días que vamos a revivir.
Hoy...nosotros volando ya y en el aeropuerto Fernando y Mª José que iban a por Daniela Thi Yen y Eduardo y Henar que se convertirían en los padres de Marta.
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